martes, 23 de noviembre de 2010

Renee Vivien



ROSAS ABIERTAS

Mi morena de ojos dorados, cuerpo de marfil y ámbar

Has dejado brillantes reflejos en mi habitación

Por sobre el jardín el claro cielo de medianoche, bajo mis párpados

Aún brilla...estoy ebria de tantas rosas

Mas rojas que el vino.

Abandonando su jardín las rosas me han seguido...

Bebo su breve respiración, respiro sus vidas.

Todas ellas están ahí.

Es un milagro...las estrellas han crecido

Precipitadamente a través de las anchas ventas

Por las cuales el revuelto oro se cuela

Ahora entre las rosas y las estrellas

Tu aquí en mi habitación, desabrochando tu vestido,

Mientras tu desnudez palpita

Tu mirada insondable descansa en mis ojos...

Sin estrellas y sin flores, sueño lo imposible

En la fría noche.



LA CARICIA

Los árboles se han guardado algunos rayos entre sus ramas

Velados como una mujer, evocando otros tiempos

El crepúsculo pasa llorando. Mis dedos saltan,

Temblando, provocativos, sobre la línea de tus caderas

Mis dedos ingeniosos se demoran en las convulsiones

De tu carne bajo el vestido, las dulzuras de tu pétalo...

El arte de tocar, complejo y curioso, iguala

Los soporíferos perfumes, el milagro de los sonidos

Delineo lentamente el gracioso contorno de tus caderas,

Tus hombros, tu cuello, tus insatisfechos pechos

Mi delicado deseo se rehúsa a besar

Brota y se esfuma en tus blancas voluptuosidades



LA CARNE DE LAS COSAS

Poseo entre mis dedos sutiles el sentido del mundo

pues mi tacto al igual que el sonido, penetra.

La armonía, el ensueño, el dolor profundo

estremecen largamente la yema de mis dedos.

Comprendo mejor las cosas bellas si las acaricio,

comparto sus vidas intensas en tanto las toco

Es entonces que yo sé que es lo que ellas poseen

Nobleza, dulzura afinidad del canto.

Puesto que mis dedos han distinguido la carne de la arcilla

La lisa carne de mármol los contornos femeninos

Que la mano que sabe modelar ha maltratado

Aquella de perla, aquella de terciopelo

Conocieron la vida íntima de las pieles,

Vellón cálido y soberbio donde hundo mis manos!

Han conocido el ardiente secreto de las cabelleras

Donde se deshojan millares de jazmines-

Y semejantes a aquellas que regresan de los viajes,

mis dedos han cruzado infinitos horizontes,

Ellos han alumbrado, mejor que mis ojos los rostros

Y me han profetizado las oscuras traiciones.

Ellos han conocido la piel sutil de la mujer,

Y sus crueles temblores, y sus perfumes ocultos...

Carne de las cosas! He creído a veces abrazar un alma

Con la prolongada caricia de mis dedos...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amo a la Vivien... No es muy conocida por mucha gente, y algunos sólo conocen que fue lesbiana. Pero leerla es un dulce placer.

Anónimo dijo...

Sus poesias son divinas... te hacen sentir el amor... y pese a su calidad, no olvida lo mas importante de la poesia; el sentimiento.
Me encanta Renee!!