sábado, 19 de julio de 2008

Alejandra me inspira a vivir, así como me inspiran tantas cosas...

Ese instante que no se olvida

Tan vacío devuelto por las sombras

Tan vacío rechazado por los relojes

Ese pobre instante adoptado por mi ternura

Desnudo desnudo de sangre de alas

Sin ojos para recordar angustias de antaño

Sin labios para recoger el zumo de las violencias

perdidas en el canto de los helados campanarios.

(...)



Alejandra Pizarnik-





...
Tomo violencia como sinónimo de acción, prefiero desterrar aquella nefasta significación que usualmente se utiliza dado que mis intenciones no se condicen con esa acepción. Porque si, porque me gusta adormecer las palabras. Porque esta violencia (acción) rompe el continuo. La aletargada sucesión de instantes intransigentes para detenerse justo ahí, donde ese hecho (y no cualquier otro) adquiere su propio sentido, para mi y para mi instinto imperioso de transcribir todo lo que me grita adentro, y con ganas locas me empuja a gastar las hojas de algún viejo cuaderno en las horas de desvelo. Esas violencias en la cabeza, me avasallan, me impiden canalizar el continuo sin detenerme a escucharlas, a imaginarlas y plasmarlas. Despliegan sus duelos y sus pasiones, o tan solo arrojan una aguja al vasto y desprolijo pajar de mis sensaciones. Tal vez trace esa violencia, la extraiga de este sumidero de ideas, demarque bien sus bordes, y la cuelgue en mi pared orgullosa, cercana al poster de Robert Smith que me sonríe tristemente en el papel, o a la ventana que alguna vez escondió secretos (y también los divulgó). Porque sí, porque esa es la razón misma cosificada, el fuego voraz que consume los tiempos y las tintas. Quisiera hoy plasmar más mis intenciones que mis pasiones, pero me duelen tantas cosas y me emocionan tantas otras, que esta primera violencia que aquí plasmo debe colmarse toda aquí. Aquí y ahora. Por siempre y para siempre. Para que el instante valga la pena y la pena no duela tanto. No que ésta persista sino que sirva. Un estandarte más de lucha (porque la vida es, sin dudas, una lucha constante) y una razón más para seguir coloreando el arcoíris con los colores de mi infinito.




No hay comentarios: